martes, 4 de noviembre de 2008

¿Ficcion o Realidad?


Medios y violencia social

Los hechos de Carmen de Patagones despertaron una vez más el debate sobre las causas de la violencia juvenil. El cine y la televisión aparecieron nuevamente como uno de los responsables de las conductas violentas de los jóvenes.
"Demasiadas series excesivamente agresivas" o "El horario de protección al menor no se respeta" suelen ser los argumentos que aparecen cuando la sociedad necesita explicar las actitudes agresivas de los chicos. Se mencionó en este caso la película "Bowling for Columbine" que los alumnos habían visto días atrás.
Sin desresponsabilizar a los medios de comunicación por sus contenidos, es necesario decir que las conclusiones no pueden ser lineales. Los discursos condenatorios hacia los medios como principales responsables de la violencia están siendo cuestionados en todo el mundo. En primer lugar, porque la condena a la televisión por la violencia de sus programas ignora a la sociedad en la que estas emisiones circulan. En segundo lugar, porque decir que los chicos que ven programas violentos son violentos es pensar en un receptor pasivo que absorbe lo que ve, lee y escucha tal cual fue emitido.
La violencia social, real, local e internacional que reflejan los noticieros generan en los chicos mucha más angustia que la que pueda transmitir una serie televisiva. Esto es porque cuando el receptor mira una serie sabe que se trata de una ficción, pero cuando se enfrenta a un noticiero o cuando lee un diario, sabe que se trata de imágenes reales. ¿Habría que prohibir a los chicos mirar noticieros o leer diarios y revistas? La solución no es la prohibición.

Los chicos de Carmen de Patagones vieron "Bowling for Columbine" en la escuela. Este hecho debería ser objeto de elogio. Nada mejor para los chicos que mirar la televisión, el cine o un diario en compañía de los adultos. Porque ésta es la mejor oportunidad que tienen de poner en palabras, debatir y explorar lo que sienten y, sobre todo, lo que no alcanzan a entender, con sus docentes, padres o hermanos mayores. Frente al uso solitario e individual de los medios que experimentan cada vez más los adolescentes, ver juntos es ciertamente la única respuesta. Mejor que prohibir ver es permitir pensar.
Más que preguntarnos qué hacen los medios con los chicos, la pregunta es qué hacen los chicos con los medios. Aquí, el papel de la escuela es fundamental.

Por Roxana Morduchowicz. Directora del Programa Escuela y Medios del Ministerio de Educación.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Ciclo Violencia y Derechos Humanos en el Centro Cultural España Córdoba

El Centro Cultural España Córdoba ofrece a partir del 31 de octubre, todo el mes de noviembre y hasta el 9 de diciembre un Ciclo de Violencia y Derechos Humanos. Nos parece interesante la propuesta, hay exposiciones, buenas pelis, etc. Les dejamos la página del Centro Cultural por si quieren saber un poco mas.

www.ccec.org.ar/0511/violencia.htm

miércoles, 22 de octubre de 2008


VIOLENCIA CULTURAL

Existen algunas formas de violencia que son menos visibles que la violencia directa: la violencia estructural y la violencia cultural. Cuando se habla de violencia cultural se está haciendo referencia a aquellos aspectos simbólicos de la cultura (sus formas "no materiales" como son el lenguaje y la comunicación) que inciden en la justificación de situaciones violentas, ya tengan éstas un carácter directo o estructural. La violencia cultural por el hecho de no ser material no es inocua, todo lo contrario, a través de su acción los seres humanos vencen las resistencias a las acciones violentas, adquieren hábitos violentos, apoyan las acciones violentas de las instituciones especializadas o simplemente no reaccionan ante las acciones violentas llevadas a cabo por "otros" (se identifique claramente al agente o no como ocurre muchas veces en la violencia estructural). Incluso puede llegar a construir algún tipo de consentimiento de aquellos que sufren directamente la violencia directa (maltrato a mujeres, a niños, a ancianos, por ejemplo, si se interioriza una jerarquía basada en razones de género o edad) o la estructural (justificación de la desigualdad social como fenómeno "natural").

Los medios de comunicación desempeñan un papel muy importante en la conformación de estas representaciones ideológicas de la violencia, pero no son las únicas instituciones inmersas en este proceso. La violencia de los medios de comunicación (la que aparece en algunas formas de representarla) es una forma más de violencia cultural que es "coherente" con otras formas e instituciones más eficaces de legitimar la violencia directa y la estructural (educación, ciencia, ideología, ejército, empresa, familia, iglesia) con las cuales comparte el papel de agente de socialización, proceso a partir del cual los individuos aprenden a vivir en su sociedad y su cultura e interiorizan valores y normas de comportamiento.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Jóvenes, Medios de Comunicacion y Violencia

La vorágine informativa en la que vivimos actualmente, generalmente, no nos da tiempo para la reflexión, la crítica, la relectura de los hechos; de manera tal que la naturalización de hechos y circunstancias que merecen ser mirados con detenimiento nos van acostumbrando a no interpretar los acontecimientos, ver más allá de lo inmediato.

La importancia que los medios tienen no es sólo por su rol de informar, sino también la posibilidad que tienen de formar; en este sentido, son un instrumento valioso en la defensa de los derechos, la dignidad, etc.

Los medios de comunicación reflejan de forma general el modelo cultural en el que se desenvuelve nuestra sociedad y los valores que imperan en la misma.

En nuestra sociedad de la información los medios de comunicación social cumplen una función transcendental como instrumentos socializadores en nuestra sociedad contemporánea, con un fuerte impacto en la configuración de los valores, creencias y actitudes de las personas que se desenvuelven en ella.

Sin embargo han existido dos posiciones desfavorables hacia los medios de comunicación, que además se han mostrado de forma irreconcilliables: una, la violencia en los medios de comunicación es la causa directa de la violencia en la sociedad, causando graves perjuicios en los espectadores, especialmente en los niños y los adolescentes que les lleva a la realización de conductas violentas, y otra, los medios de comunicación lo único que hacen es reflejar la violencia de la sociedad. En cierta media, estas posturas son restricciones de las tradicionales posturas que Umberto Eco planteó respecto a los medios de comunicación: los apocalípticos y los integrados.

Entonces nos preguntamos: ¿influye la violencia presentada por los medios de comunicación en la violencia real mostrada por los niños y adolescentes? Es cierto, que hay comportamiento que los niños y adolescentes tienden a reproducir después de haberlos observado en las películas o los programas de televisión. Un ejemplo claro de violencia, es el episodio ocurrido en Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, en el que alumnos de segundo año le quemaron el pelo a su profesora de inglés, mientras filmaban con un celular todo lo que sucedía.

Este episodio como tantos otros, nos lleva a la conclusión que existen comportamientos del mundo real que pueden haber encontrado una fuerte inspiración en los medios de comunicación social, sobre todo en los audiovisuales y los juegos informáticos.

Pero también por el contrario se han realizado estudios con adolescentes que podríamos calificar de problemáticos que han puesto claramente de manifiesto que no han sido grandes telespectadores. Ambas posiciones pueden llevar su parte de verdad, y su parte de contradicción. Somos de los que piensan que los efectos de cualquier medio no son unidireccionales, sino que el resultado que obtengamos con ellos depende de una serie de variables, que van desde entorno social y cultural cercano donde se desenvuelve el individuo, su formación, compañeros, medios culturales con los que interacciona y otros más.

Como conclusión destacamos la concepción de la educación en medios, tal como evolucionó a principios de los setenta, ha de ser una educación que pretenda hacer comprender qué son los medios, cómo funcionan, cómo se elaboran sus mensajes y cómo se difunden. Una educación que permita a los receptores reflexionar sobre la imagen del mundo y sobre la realidad que les es transmitida y de la que, al mismo tiempo participa.